En mayo, Guatemala recibió una excelente noticia para el clima de negocios y las oportunidades de inversión: S&P Global Ratings elevó la calificación de riesgo crediticio del país a BB+ desde BB, con perspectiva estable, tras haberla mejorado un mes antes de BB- a BB.
¿Qué ha llevado a Guatemala a esta mejora?
Según la calificadora, esta decisión responde a varios factores clave:
- – Estabilidad macroeconómica, respaldada por el nivel más bajo de deuda pública en América Latina.
- – Capacidad para enfrentar la incertidumbre global, gracias a sólidas reservas internacionales y un manejo prudente de los límites fiscales, que permite absorber choques externos de forma efectiva.
Deuda Pública 2024
% del PIB
Esta mejora crediticia coloca a Guatemala en el radar de inversionistas globales, al acercarse cada vez más al grado de inversión, un hito que implica acceso a financiamiento más barato y una mayor confianza en la solidez del país como destino de capital.
La evaluación de S&P coincide con las calificaciones emitidas por otras agencias como Fitch Ratings y Moody’s, que también reconocen la estabilidad macroeconómica del país. Estas decisiones surgen de un análisis comparativo entre países con potencial para atraer inversión, y Guatemala destaca favorablemente en la región.
Además, en junio, Guatemala recibió otro respaldo importante con la visita oficial del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de la revisión del Artículo IV, liderada por Alex Culiuc. Los hallazgos de la misión fueron positivos:
- – Una gestión macroeconómica prudente ha fortalecido la resiliencia del país, permitiendo mantener una inflación baja, amplios colchones de política económica y un superávit sostenido en la balanza de cuenta corriente.
- – Las perspectivas para 2025 son alentadoras, aunque el crecimiento a mediano plazo dependerá de la implementación firme de políticas clave.
Ambas evaluaciones —la de S&P y la del FMI— coinciden en que Guatemala presenta condiciones favorables para un crecimiento económico sostenido. No obstante, el impulso de ese crecimiento dependerá de acciones concretas, como el aumento de la inversión pública, especialmente en infraestructura.
S&P deja claro que para alcanzar el grado de inversión en los próximos 12 a 24 meses, será crucial observar avances sostenidos en reformas conjuntas entre el Gobierno y el Congreso, orientadas a promover el desarrollo económico y elevar los ingresos de la población. Estos factores podrían incrementar la confianza de los inversores, impulsar un crecimiento económico mayor al previsto, elevar el PIB per cápita y mejorar los indicadores sociales del país.
Fuentes: Global Ratings, Banco de Guatemala, Fondo Monetario Internacional