
Juan Esteban Sánchez
Director Invest Guatemala
En medio de una transformación profunda del comercio internacional, Guatemala se encuentra frente a una oportunidad estratégica para insertarse en la industria global del juguete. Las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han generado una disrupción en las cadenas de valor tradicionales, particularmente en sectores de manufactura ligera como la producción de juguetes por inyección de plástico y madera. Este nuevo contexto, sumado a la necesidad de reconfigurar cadenas de suministro hacia regiones más cercanas al mercado norteamericano, abre una ventana inédita para que Guatemala consolide una nueva vocación industrial con enfoque exportador y de atracción de inversión extranjera directa.
Actualmente, China es responsable de más del 75% de las importaciones de juguetes hacia Estados Unidos, con un valor que superó los 10.500 millones de dólares en 2024. No obstante, debido a la imposición de nuevos aranceles por parte del gobierno estadounidense, el mercado norteamericano se encuentra en la búsqueda activa de proveedores alternativos en geografías más cercanas y con acuerdos comerciales estables. En ese escenario, Guatemala ofrece ventajas competitivas tangibles: cercanía logística, tratados comerciales con Norteamérica, costos de producción accesibles, y un entorno macroeconómico e institucional que brinda estabilidad y apertura a la inversión.
Nuestro país cuenta con una plataforma productiva que ya ha demostrado su capacidad para exportar bienes industriales. El estudio “Retos y Propuesta de Valor para Promover la Industria de Juguetes en Guatemala”, elaborado en el marco de la consultoría Mapeo de Capacidades para la Manufactura de Juguetes en Guatemala, con el apoyo de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT) e Invest Guatemala, evidencia que el país dispone de empresas con experiencia exportadora en los sectores de plástico, madera, cartón y textiles, con plantas operativas, personal capacitado, y disposición para realizar inversiones de reconversión industrial. Muchas de estas empresas ya destinan entre el 30% y el 50% de su producción anual a mercados regionales, y algunas han iniciado exportaciones a Estados Unidos y México. Además, varias de ellas fabrican productos infantiles como triciclos, muebles o contenedores de alimentos, lo cual las posiciona naturalmente para escalar hacia productos certificados como juguetes.
En particular, el subsector del plástico muestra el mayor potencial inmediato para insertarse en la cadena de valor global. Empresas locales fabrican juguetes de arrastre, piezas plásticas moldeadas y líneas infantiles que pueden cumplir funciones similares a las de los grandes proveedores asiáticos. En paralelo, también se han identificado compañías en el rubro de la madera que fabrican juguetes educativos, juegos de mesa y materiales escolares que ya exportan a Centroamérica, y están interesadas en adecuar su producción a los estándares exigidos por el mercado estadounidense. En este sentido, la experiencia acumulada, la infraestructura disponible y la disposición de las empresas constituyen una base realista sobre la cual construir una estrategia nacional.
Guatemala también ha avanzado en elementos clave de competitividad para la atracción de inversión extranjera. La estabilidad del tipo de cambio, el crecimiento económico sostenido, la baja inflación relativa y la previsibilidad del entorno fiscal generan un clima de negocios atractivo. A nivel institucional, el país cuenta con un marco legal moderno y con zonas de libre comercio y zonas de desarrollo económico especial (ZOLIC y ZDEEPs), que ofrecen condiciones preferenciales para establecer centros de producción orientados a la exportación. Además, iniciativas recientes para fortalecer el cumplimiento normativo, la gestión de calidad y la formación técnica del talento humano refuerzan la capacidad del país para recibir operaciones industriales de mayor complejidad.
A pesar de estas ventajas, existen retos que deben ser abordados con una hoja de ruta clara. Uno de los principales es el fortalecimiento de la infraestructura logística, especialmente en términos de conectividad vial, eficiencia portuaria y servicios aduaneros. También es fundamental mejorar el acceso de las empresas nacionales a información sobre estándares internacionales en la industria del juguete, como los establecidos por la Comisión para la Seguridad de Productos de Consumo de Estados Unidos (CPSC), o la norma ASTM F963. A ello se suma la necesidad de facilitar la inversión en modernización tecnológica y capital de trabajo para que las empresas puedan adecuarse a las exigencias del comercio global.
Esta necesidad se vuelve aún más apremiante considerando que, aunque Guatemala representa una alternativa viable ante las altas tarifas impuestas a Asia, también ha sido incluida en la lista de países con un arancel del 10% por parte de Estados Unidos. Esto implica que debemos redoblar esfuerzos en materia de eficiencia productiva y diferenciación para mantenernos competitivos frente a otros países que aspiran al mismo mercado.
Para aprovechar esta oportunidad, proponemos una hoja de ruta nacional estructurada en torno a cinco ejes de acción. Primero, fortalecer el desarrollo de una oferta exportable articulada entre plásticos, madera, textiles y empaque, apoyando a las empresas en procesos de reconversión y certificación internacional. Segundo, promover activamente la atracción de inversión extranjera directa en manufactura ligera, tanto de empresas globales que buscan relocalizar operaciones como de socios regionales interesados en alianzas productivas. Tercero, fomentar la formación de capital humano técnico, a través de la expansión de la oferta educativa en diseño industrial, moldeo por inyección, procesos de calidad y producción sostenible. Cuarto, coordinar esfuerzos interinstitucionales para el mejoramiento de infraestructura logística y normativa ambiental, con énfasis en sostenibilidad. Y quinto, consolidar una estrategia de promoción internacional enfocada en posicionar a Guatemala como destino confiable, ágil y competitivo para suplir productos del segmento infantil y del hogar.
Además de las ventajas económicas, la producción de juguetes desde Guatemala puede incorporar un valor simbólico importante. Nuestro país tiene la capacidad de desarrollar líneas de juguetes con identidad cultural, materiales sostenibles y procesos que integren prácticas de economía circular. La fabricación de productos con propósito y con menor impacto ambiental es una tendencia creciente en los mercados desarrollados, y representa una oportunidad para diferenciarnos no solo por precio, sino por innovación, responsabilidad social y trazabilidad.
Desde Invest Guatemala, hacemos un llamado a los empresarios nacionales a visualizar el potencial de este sector como una puerta de entrada a la manufactura ligera de clase mundial. Las condiciones están dadas. La demanda internacional existe. Las capacidades locales pueden escalarse con el acompañamiento adecuado. Si actuamos de manera coordinada, esta industria puede convertirse en un nuevo motor de empleo, exportación y atracción de capital productivo. Guatemala tiene la oportunidad real de convertirse en un jugador relevante dentro de la industria del juguete para Norteamérica. Convertir esta visión en una realidad requiere decisión, inversión y liderazgo colectivo.